Se trata de una enfermedad potencialmente severa, multisistémica, autoinmune, no contagiosa, crónica, con manifestaciones principales en piel y articulaciones, que tiene significativos efectos emocionales y psicológicos en quienes la padecen. Se caracteriza por la acumulación rápida y excesiva de células de la piel que forman parches gruesos de piel inflamada y escamosa. La psoriasis pediátrica es similar a la psoriasis del adulto, pero en los niños, puede haber diferencias en su localización y áreas afectadas (1). La edad promedio en la que se desarrolla la enfermedad es entre los 7 y los 11 años (2).
Según estimaciones de la "Organización Mundial de la Salud" (OMS), la psoriasis se manifiesta en el 0,70% de la población pediátrica del mundo, sin mayores diferencias según género2 (otros estudios establecen que la prevalencia de la enfermedad entre niños y jóvenes es del 0,5% al 2%) . Existe una predisposición familiar asociada a la psoriasis: si ambos padres tienen la enfermedad, el riesgo de que un niño contraiga psoriasis es mayor al 40% (3).
Si bien se desconocen las causas exactas de la psoriasis, se sabe que comienza en el sistema inmunitario, principalmente con un tipo de glóbulos blancos presentes en la sangre llamados linfocitos T. éstos ayudan a proteger al cuerpo contra infecciones y enfermedades, pero en la psoriasis se activan indebidamente, causando además otras respuestas inmunitarias. Esto produce inflamación y el rápido reemplazo celular en la piel. Las personas que tienen psoriasis pueden notar que a veces la piel mejora y otras veces empeora.
Los factores que pueden causar el empeoramiento de la piel con psoriasis incluyen: (4)
En los niños los principales desencadenantes son: las faringitis, el estrés, lesiones cutáneas o un accidente. (5)
Regularmente, las células de la piel crecen desde las capas más profundas y ascienden lentamente a la superficie, reemplazando constantemente a las células muertas de la piel. Este proceso se denomina "renovación celular" y lleva aproximadamente un mes. Con la psoriasis, la renovación celular, ocurre en sólo unos pocos días, lo que provoca que las células nuevas asciendan demasiado rápido y se acumulen en la superficie. En la mayoría de los casos, la psoriasis provoca parches o placas de piel gruesa, enrojecida y con escamas blancas. Estas placas que a menudo se presentan en los codos, las rodillas, otras partes de las piernas, el cuero cabelludo, la parte baja de la espalda, la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies, pueden producir picazón o dolor. También, pueden manifestarse en otras partes tales como las uñas de las manos y los pies, los genitales y la parte interior de la boca. (6)
Sí, pero la psoriasis en placas es la más común entre niños y adolescentes, afectando especialmente el cuero cabelludo, las rodillas y los codos.(7)
Las personas con psoriasis pueden experimentar una gran incomodidad física e incluso ciertas discapacidades. La picazón y el dolor pueden interferir con ciertas actividades diarias como caminar y dormir. Es posible que el paciente sienta inseguridad, preocupación, vergüenza, frustración, estigmatización, ira, baja autoestima, aislamiento social y síntomas depresivos.(8)
Como puede confundirse con otras enfermedades de la piel, a veces para confirmar el diagnóstico, puede ser necesario examinar una pequeña muestra de piel bajo el microscopio (biopsia). El médico que realice el diagnóstico indicará al paciente cómo continuar. No todos los pacientes requieren el mismo tratamiento. Sólo el dermatólogo es quien deberá indicar que tratamiento es el adecuado y como seguir.(9)
Por lo general, los médicos la abordan teniendo en cuenta la severidad de la enfermedad, el tamaño de las áreas afectadas, el tipo de psoriasis, dónde están ubicadas las lesiones y la respuesta del paciente a las terapias iniciales. Las posibilidades terapéuticas son: