Detección temprana de la Artritis Psoriásica

La psoriasis es un padecimiento crónico, de origen desconocido y autoinmune, no contagioso que afecta el 1 a 3% de la población.


En nuestro país, si bien no disponemos de datos oficiales, habría aproximadamente un millón de pacientes. Produce placas bien demarcadas de piel enrojecida, cubiertas de escamas blancas, localizadas frecuentemente en una o varias de las siguientes zonas: cuero cabelludo, detrás de las orejas, ambos codos y rodillas, el ombligo o el pliegue interglúteos. Puede comprometer las uñas y tornarlas quebradizas, o que aparezcan hoyuelos, cambios de coloración y grosor, lesiones que se parecen a las micosis (infecciones por hongos) y de las cuales habrá que diferenciarlas por medio de estudios especiales. Aunque puede afectar a niños, es más frecuente entre los 30 y 50 años de edad, y más de la mitad de los enfermos con las formas más severas, presentan dolor e inflamación articular. Este tipo de artritis ocurre en ambos sexos y en general después de más o menos unos 10 años de aparecer las lesiones cutáneas. Tampoco se conoce su origen pero resultaría de la suma de factores heredo-familiares, inmunológicos y ambientales. La repercusión genética es tan importante que 4 de cada 10 pacientes tienen parientes cercanos afectados. Cualquier coyuntura puede afectarse en forma brusca o gradual, con síntomas que difieren en cada persona.

En el inicio de la "Artritis Psoriásica" deberá tenerse muy en cuenta (por parte del paciente y del médico que lo asiste), si aparecen en forma aislada o en varias zonas a la vez hinchazón y dolor en una de las rodillas, uno de los tobillos, rigidez prolongada en las muñecas, en la articulación distal de los dedos (cercana a las uñas), tumefacción difusa de algunos dedos (parecen "salchichas"), dificultad para apoyar el talón o la planta del pie (inflamación tendinosa), problemas para descansar ya que no es infrecuente que duela la columna cervical, lumbar o las nalgas y se encuentre mejoría sólo con el movimiento. En esta patología a veces se agregan trastornos oculares como puede ser enrojecimiento, dolor o visión borrosa (conjuntivitis; uveítis) o inflamación crónica intestinal.

Consultar a profesionales de la salud, en especial dermatólogos preparados para detectar manifestaciones articulares iniciales en pacientes con psoriasis y derivarlos al reumatólogo (se ocupa de patologías músculo-esqueléticas), es una buena oportunidad para realizar un diagnóstico precoz. El trabajo conjunto entre equipos de diferentes áreas permite iniciar un tratamiento temprano, correcto y eficaz que mejore la evolución, la función, la calidad de vida y el pronóstico al detener el avance de la enfermedad. Se evita que se generen lesiones en la estructura de la articulación, intenso dolor y limitación en los movimientos que resultaría en una discapacidad permanente.

Es de considerar que en casos de intervención tardía o inapropiada 1 de cada 4 pacientes puede llegar a la incapacidad laboral y 1 entre 10 a la incapacidad absoluta. Si bien no existe un examen complementario o análisis que asegure el diagnóstico, será muy relevante la experiencia del profesional y el empleo de los "métodos de diagnóstico por imágenes" (la radiografía, la tomografía computada, la resonancia magnética y la ecografía de las articulaciones). Actualmente disponemos de tratamientos eficientes (fármacos muy activos, ya sean "biológicos o no") que se involucran en los procesos inflamatorios y no sólo atenúan las lesiones cutáneas o los síntomas dolorosos sino que también impiden el progreso de la enfermedad. Sus efectos favorables y adversos son muy bien conocidos. Los pacientes psoriásicos, con o sin artritis deben consultar al médico dermatólogo o reumatólogo y serán ellos los que indiquen su tratamiento.

DR. OSCAR RILLO
Reumatólogo
MN 50592

*Ex jefe de Servicio Reumatología Htal. Dr. E. Tornú - Jefe de sección Reumatología Hospital Ignacio Pirovano

DR. OSCAR RILLO

Reumatólogo

 MN 50592